jueves, 30 de agosto de 2012

                                                                
                                                    


                        MI OTRO YO                                

Hay momentos y circunstancias que la vida misma te presenta, muchas veces como un circulo constante, que no para de girar por un tiempo; te sientes agotado y cansado ya de lo mismo, donde sólo quieres que todo se ponga en STOP tan sólo por un momento, donde quieres que tu mente deje de ordenar tantas letras para encontrar las palabras que deseas descifrar, que deseas ver, escuchar, que te den aliento para seguir adelante, estamos tan acostumbrados a que nos digan que todo está bien, cuando nosotros mismos podemos darnos esa palabra de aliento, más no somos capaces de dárnosla, porque aun no hemos aprendido a amarnos a nosotros mismos.

Esas palabras que tu corazón desea sentir, que tus oídos desean escuchar, pero que tu dictamen siempre desordena, esas palabras que vagan en el aire mismo y que como juego de niño atrapas en el aire. De repente, entre el juego, la irrealidad y la realidad, entre la bulla de los carros, los susurros de las personas hablando, entre la gente caminando, entre tu andada y la ciudad, entre la bulla y suburbio empiezas a escuchar una diminuta voz entre tantas que hablan a tu alrededor, tus pasos en la acera larga acelera y tu mente empieza a distorsionarse, entre eso y entre tantas cosas sucediendo todo al mismo tiempo, esa diminuta voz, aumenta con el andar de aquellos pasos, sin darte cuenta vas en busca de ella tratando de descifrar quien te habla, parado en el semáfor@ de aquella calle, volteas minuciosamente, y te das cuenta que cada quien anda su mundo, como aquella niña agarrada de la mano de su madre vestida de uniforme para ir al colegio, mientras la madre habla por teléfono, o como aquel mendigo tirado en el piso viendo a todos pasar rápidamente mientras sostiene con su mano un pote grande con pocas monedas dentro él, todo pasaba lentamente mientras el semáforo seguía en rojo, sin pensar, sólo seguía el movimiento de la gente caminar, intentando hallar aquella voz, tratando de descifrar quien te habla tan a lo lejos y al mismo tiempo tan de cerca, tu mundo se vuelve paralelo, vulnerable ante todo tu alrededor  y se te hace difícil hallarla, te sientes confundid@, aturdido y mientras sigue el andar de las perdonas caminar  te vas alejando de todo aquello que te abruma. Agitado de tanto pensar, descifrar que ocurre, sigues caminando, sin pensar, y aun esa voz que se encuentra entre lo lejano y lo cercano te sigue hablando, te persigue; te sientes tenso, confuso y de repente te detienes justo en un callejón donde no hay salida, donde ya no existe la bulla, sólo tu y el silencio y piensas en voz alta - ¿SERÁ QUE ME VOLVÍ LOCO? Disiéntame al mismo tiempo – que estúpid@ soy hablando en un callejón sin salida, hablando conmigo mism@, cuando de repente te das cuenta que esa voz es la misma que responde a tu pregunta, diciéndote: DETENTE POR UN MOMENTO, escucha el silencio que te rodea, escúchate a ti, el eco de tu misma melodía, escúchate a ti, escúchame a mí. Y es ahí justo en ese momento en que te das cuenta que no estás sólo, que nunca has estado sólo, que siempre ha estado tu “YO INTERNO” tratando de hablarte, advirtiéndote ante los peligros, dándote corazonadas de señal cuando no lo escuchas, diciéndote: - Hey, aquí estoy, la vida sigue, no dejes de andar y camina junto a mí.

Es allí cuando te das cuenta, que todas tus dudas, que todos tus temores, ha batallado con tu “ YO INTERNO”  que todo  TU siempre será YO.

Recuerdas Cuando llorabas por aquell@ chic@ y sólo decías: SABIA QUE NO TENÍA QUE HACERLE CASO A MIS SENTIMIENTOS, PORQUE EL AMOR DUELE, PORQUE PREFIERO SENTIR LAS HERIDAS DE LA CAÍDA DE CUANDO ERA NIÑ@ A LAS HERIDAS DEL AMOR, y allí estaba yo acompañándote aunque no me vieras.

Cuando no sabías que regalarle y pedías opinión a todo aquel que l@ conocía y al final terminabas regalándole lo que sentías que le gustaría, allí estaba yo susurrándote al oído, acompañándote en tu alegría diciéndote: este es el perfecto.

Cuando perdiste a aquella persona que era tan importante en tu vida y sabías que nunca más volvería porque despachó a un lugar mejor y no sabías que hacer  con ese vacío que dejaba en ti y allí estaba yo, dándote fuerzas aunque no me vieras, no me sintieras.

Cuando pasabas aquellas noches de insomnio si será o no, Cuando te creías loc@ por hablar a solas, o por reírte mientras te arreglabas, allí estaba yo.

Porque siempre estaré aunque no me veas, aunque te creas loc@ por reírte o hablar a solas.

Aunque grites de emoción, tristeza, alegría
Aunque llores hasta quedarte dormido por aquel amor que no volverá
Aunque tengas decepción YO soy TU y TU serás YO, porque unidos de la mano siempre iremos, porque soy tu alma, tus sentimientos, tu voz. “TU OTRO YO”

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